domingo, 13 de febrero de 2011

UN VAQUERO PERDIDO EN MADRID

Alineación al centro
UN VAQUERO PERDIDO EN MADRID
(Where is your horse?)

Trascripción fidedigna del diálogo (oído a hurtadillas) entre una pareja sentada en un trocito de césped privilegiado frente a un atardecer de verano. El vaquero está recostado en el murete del mirador.

Hombre: Hay que tener un par de huevos...
Mujer: Sí hay que tener valor, esos vaqueros tan ceñidos con el calor que hace y, encima, negros.
Hombre: Parece que no le importa, es como si llevara un halo de tristeza encima que lo hace invulnerable al clima.

Un niño se cae de su bicicleta, derrapa en el suelo de arena por evitar a una guiri que corre en mini shorts. Parece un pequeño jinete tirado por su caballo pero se levanta con un pundonor y una incipiente hombría que el vaquero contempla con envidia. Se vuelve a a subir y decide ir por los adoquines, como si ya hubiese corrido suficiente peligro por ese día.

Mujer: Mírale las botas ¿serán de piel de serpiente verdadera?
Hombre: Supongo que sí, tal vez por eso lleva los pantalones tan altos, para enseñar las botas, mira como brilla la puntera de metal.
Mujer: Tienes razón en lo del halo de nostalgia.
Hombre: No dije nostalgia, dije melancolía.
Mujer: Es lo mismo, igual tiene nostalgia de algo que aún no ha conocido.
Hombre: Je, je,je...
Mujer: ¿De qué te ríes?
Hombre: De que tienes razón, seguro que se está preguntando qué hace aquí en lugar de estar bebiéndose una cerveza en un bar de la Carretera 57 de Amarillo a Texas.
Mujer: ¿Cómo sabes que Amarillo existe y que hay una carretera de allí a Texas?
Hombre: No sé, supongo que me lo acabo de inventar.

Aparecen unos músicos jóvenes con una guitarra eléctrica, una trompeta y un amplificador pequeño. Tocan jazz y bossanova, viejos clásicos que todo el mundo conoce. El césped y la fuente aledaña adquieren un aire distinguido, como de hotel de la Riviera o del Caribe cuando era elegante. Todo cambia, debe ser la luz color melocotón del atardecer que va a juego con la música. La gente parece más guapa. La mujer enciende un cigarrillo y el hombre le pasa la mano por el pelo. Ahora es el vaquero quien los mira, se advierte una lenta lágrima en su mejilla.

Fotografía: Sr. Roofer

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