miércoles, 7 de diciembre de 2011


Donde alguna gente sólo ve una calle algo sucia por el viento húmedo de la noche anterior, el Descifador de Patrones, es capaz de encontrar los complejos sistemas que se escapan a los ojos profanos.

Esta vez, el Descifrador ha accedido a documentar uno de sus hallazgos: una foto para intentar atrapar uno de esos milagrosos universos efímeros. Si se entrecierran los ojos, parece un campo de margaritas. Si se mira fijamente durante ocho a diez segundos, es exactamente como una bandera del Vaticano agitándose en la tormenta. Un sorprendente número de observadores ha identificado la imagen como el contenido de unas pastillas antidepresivas que no curan en absoluto la depresión pero que tiene unos agradables efectos secundarios.

Aparte de todo lo anterior, también es un mapa animado de la ruta de todos los cometas que pasarán cerca de nuestro planeta en los próximso setenta años. El peatón debe tener precaución al circular, pues un movimiento inadecuado podría alterar la órbita de uno de estos cuepos celestes con consecuencias fatales. Charo F., mi vecina del segundo, la identificado la imagen como el estampado del vestido que llevaba en el baile en que conoció a su marido, hace cincuenta y dos años. Era un vestido de verano, precioso, su madre no lo hizo con todo el escote que tenía en la revista pero aún así, era perfecto la materialización del soplo de un diente de león. No lo explicó exactamente con estas palabras, sino con otras mejores.

Tuve un canario hace mil años, a veces movíamos su jaula para que le diera más el sol porque se animaba mucho y cantaba. Al final, mi madre me convenció de liberarlo en la finca de tierra caliente de mi abuelo. Para mí la foto del Descifrador, es exactamente como quedó el suelo de la jaula del canario cuando por fin se marchó: cásacaras de alpiste, plumas sueltas y tal vez alguna caquita.

3 comentarios:

  1. Frasco de té con camomila, clavo y aniís estrellado.

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  2. ¿Por qué dejar un comentario en un blog ya muerto? Es una elección un poco triste, más bien trágica.

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  3. No estaba muerto, estaba de parranda.

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