lunes, 9 de diciembre de 2013

LA VIDA DE LAS MUJERES

La vida de las mujeres (Alice Munro)



No queda muy bien lo de ponerse a leer a un autor justamente cuando le dan el premio Nobel pero para qué ocultarlo, este ha sido el caso. Yo había oído hablar antes de Alice Munro pero sabía poquísimo de ella, me gustaba mucho como sonaba su nombre y el hecho de que fuera canadiense, ese país que desde la distancia parece agreste y a la vez tan civilizado, con su bilingüismo, sus rascacielos y sus bosques nevados. Puro tópico e imagenes robadas de la televisión. Con el anuncio del Nobel vinieron las mesas de novedades inundadas de Munro y por una vez me alegro de haber caído en los engranajes de la maquinaria publicitaria que se ennoblece al vender algo como La vida de las mujeres.

¿Por qué me ha gustado?

  1. Dell Jordan. La genial protagonista, una voz tan viva que más que una voz parece una mano que sale del libro, te agarra por la garganta y te impide dejar de escuchar lo que tiene que decir. Dell Jordan empieza siendo una chiquilla impertinente con los ojos intensamente abiertos al mundo y a través de estos ojos que tienen la limpieza y la perversidad de la infancia vamos convirtiéndonos en un miembro silencioso de su extraña familia. A ratos una niña que chapotea en un riachuelo, una temeraria Lolita que roza territorios peligrosos, una adolescente intelectual que no sabe qué hacer con su cuerpo o una joven mujer que empieza a descubrir los goces y dificultades del amor.
  2. La familia. La madre y su ateísmo militante, esa mujer que abjura de la fe pero que siente una devoción enfebrecida por la razón y al conocimiento y cuya frustración por no heber tenido la posibilidad de una mejor educación hace que hace que deposite sus más altas esperanzas en la inteligencia de Dell. Las tías solteronas de una inteligencia práctica y pueblerina, que florecen en sus dominios pero se marchitan al enfrentarse a otros ambientes. Es una familia que no se limita a los lazos de sangre, está la inquilina Fern, con su doble vida de funcionaria de correos y cantante aficionada, su conmovedora inclinación a los placeres de la vida no demasiado aconsejables para una señorita añeja. Naomi, la mejor amiga, cómplice y rival de descubrimientos vitales, su compañía en esa realidad de outsiders, de niñas imperfectas, no tan delicadas y femeninas como se suponía que debían serlo. Los personajes masculinos están construidos de una manera diferente, es como si pasaran de perfil por el relato, el padre con su presencia silenciosa pero tranquilizadora, el atolondrado tío Benny, el hermano pequeño, Owen, por el que se percibe ese brusco amor fraterno: "No tenía nada que ocultar, nada que mostrar aparte de la indiferencia de su corazón puro".
  3. Jubilee. El pueblo-universo. Los habitantes de las ciudades solemos creer que los ambientes rurales manejan códigos morales más básicos que hacen que la vida sea sencilla y fácil de entender. Munro demuestra que la complejidad de la estructura social de un pequeño pueblo de Canadá puede ser absolutamente sofisticada y que transgredir una sola de sus normas puede condenar al infractor a un ostracismo irreversible.
El ritmo del libro es pausado, las estaciones van pasando y las cosas dramáticas simplemente ocurren y se engastan como una joya exótica en el metal ordinario del calendario. La sensación del paso del tiempo está conseguida de forma magistral.

Las reflexiones sobre la religión, el erotismo, la feminidad no se hacen nunca pesadas ni gratuitas porque van de la mano de las aventuras de Dell y sus experiencias, alucinanates desde el éxtasis ante un pavo real albino hasta sus coqueteos con la sonrisa de serpiente del oscuro Sr. Chamberlain.

El título original de esta novela es Lives of Girls and Women, hubiese preferido que lo conservaran porque justamente uno de los pilares de la narración es el paso de la infancia a la juventud y el contrapunto con la experiencia vital de la madre y las otras mujeres de la generación anterior en retrospectiva.

Está la vieja discusión de si hay una literatura femenina, etc. Si bien es cierto que la perspectiva narrativa es la de Dell (y su viaje "de niña a mujer..."), una de las mayores virtudes de Munro aquí es dejar abiertas las posibilidades de las muchas formas de ser mujer y abordar el mundo como tal.

A pesar de que no hay trucos narrativos o intrigas monumentales que no parezcan naturales en el entorno de Jubilee, el libro se lee con apetito y alegría y en algunos momentos, con la sensación de haber pasado de refilón por un espejo.

La edición es manejable y robusta, que es lo primero que se le pide aun libro de bolsillo, la traducción está muy bien, mantiene una sensación de que la prosa más limpia y despejada también puede ser la más brillante.

2 comentarios:

  1. El sabor del país desconocido de una adolescente que se busca segura y a veces intraquila en su cuerpo.
    Saludos Sonia.
    Me perdí un poco del blog.
    Algunos cambios y por fin me deje guiar por el hilo de Aracne.

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    Respuestas
    1. La búsqueda no es segura, es más bien loca, temeraria, por eso es tan hermosa.
      ¿No has vuelto a postear en tu blog? Se te ehca de menos.
      Un saludo,
      Sonia

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